La arquitectura como un espacio construido para satisfacer las necesidades humanas, el arquitecto, tiene que dar forma a ciertos materiales a fin de que su arquitectura se mantenga en pie resistiendo la atracción de la tierra y otras cargas peligrosas.
Las estructuras en la arquitectura desempeñan un papel muy importante en cualquier edificación ya que es el esqueleto que lo sostiene y gracias a él se puede levantar y detener. Y como desde los primeros tiempos de su existencia el hombre tuvo un sentido innato de la belleza, toda la construcción se concibió conforme a ciertos postulados estéticos que no pocas veces impusieron a las estructuras exigencias mucho más estrictas de la resistencia y economía, en el pasado solo mediante la experiencia unida a constantes fracasos (derrumbes) se logró tener procedimientos seguros y económicos de construcción de estructuras para edificios.
En la edad moderna se producen dos hechos relevantes uno de la evolución de la ciencia físico matemática que estudia también las estructuras, con lo cual se podrían calcular las estructuras, abarcando una extensa variedad de sistemas estructurales; el otro es la aparición de materiales nuevos tales como el cemento, hierro, entre otros, con los cuales las posibilidades de formas estructurales se han ampliado mucho.
La ingeniería estructural abarca una amplia variedad de sistemas estructurales, cuando se habla de estructuras la gente comúnmente piensa en los puentes y los edificios. Sin embargo existen muchos otros tipos de sistemas con los que tratan los arquitectos o ingenieros estructurales. Estas estructuras pueden variar de tamaño, desde un miembro individual, como en el caso de un poste de luz, por ejemplo, hasta estructuras tales como la Torre Sears en Chicago que tiene más de 1450 pie de altura.
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